Hace algo más de un año en este mismo foro escribí un artículo relativo a la confrontación transfronteriza que se derivaba de la guerra en Siria. Esa idea de mini guerra mundial árabe semejante a la guerra mundial africana (1998-2003; 3,8 millones de muertos) se intuía por la utilización por parte de los contendientes de los ingredientes necesarios para hacer cuajar una gran guerra de estas características.
Hamás, ejemplo de la heterogeneidad y pragmatismo de un movimiento
Los movimientos islámicos y partidos de corte islamista, que son de muy variada tipología, como se ha “descubierto” con las revoluciones en el mundo árabe, no son en ningún caso entes homogéneos y monolíticos como sucede en todas las agrupaciones de talante político y social. En este sentido, nos parece que el caso de Hamás, calificado de grupo terrorista por los países occidentales, que, por otra parte, permitieron su participación en unas elecciones cuyos resultados no gustaron en 2006, es extremadamente interesante por varias cuestiones que pasamos a analizar.
Un gesto, dos significados
Khaled Meshal, líder de Hamas en el exilio, ha visitado Gaza por primera vez justo tras lo que desde la organización de resistencia (terrorista para la UE y USA) califican de victoria ante Israel. Este momento, corto y sin mucho eco en los medios evidencia dos cosas que desde un análisis profundo hemos intentado explicar en Entretierras: