Budour Hassan, una joven activista palestina, escribió hace un mes en su blog un texto titulado “How the Syrian Revolution Has Transformed Me“, donde realiza una crítica a la solidaridad selectiva de muchos sectores a nivel internacional y una autocrítica de su propia ingenuidad original en lo relativo a Siria. A continuación, se reproduce la traducción al castellano.
Bashar al-Asad y el sacrificio a favor del prójimo
Hace una semana -es decir, el 7 de junio de 2016-, Bashar al-Asad, dio un discurso en el denominado Consejo del Pueblo, o parlamento sirio, que comenzó y terminó exactamente igual que su discurso de marzo de 2011: los diputados gritaban “con nuestro espíritu y nuestra sangre, nos sacrificamos por ti, Bashar”. No es que 2011 fuera novedoso en este sentido, lo que resulta sorprendente es que a determinados sectores les siga pareciendo que tal exaltación del líder es digna de alguna forma de democracia. Un parlamento al completo aplaude las palabras del presidente y a los defensores del progresismo del régimen les parece algo razonable, por no decir, defendible: no olvidemos que Bashar al-Asad es, a ojos de todos ellos, el único baluarte contra el terrorismo.