INTRODUCCIÓN
“Los rutinarios razonan con la lógica de los demás. Disciplinados por el deseo ajeno, se encajonan en su casillero social y se catalogan como reclutas en las filas de un regimiento. Son dóciles a la presión del conjunto, maleables bajo el peso de la opinión pública que los achata como un inflexible laminador. Reducidos a vanas sombras, viven del juicio ajeno; se ignoran a sí mismos, limitándose a creer lo que creen los demás. (…) Tragan sin digerir, hasta el empacho mental: ignoran que el hombre no vive de lo que engulle, sino de lo que asimila. El atascamiento puede convertirlos en eruditos y la repetición darles hábitos de rumiante. Pero apiñar datos no es aprender; tragar no es digerir. La más intrépida paciencia no hace de un rutinario un pensador”.
Sobre los Rutinarios en “El hombre Mediocre”. José Ingenieros.