Todos los pueblos del mundo han de tener su derecho de autodeterminación, faltaría más, sea cual sea su motivo (cultural, económico, territorial). Pero, sin embargo resulta sorprendente como movimientos de izquierda apoyan estos movimientos secesionistas.
La izquierda en su amplio espectro, desde el socialismo a aquellos que se consideran fuera de todo espectro como es el caso de los anarquistas, lleva preconizando desde las primeras internacionales la unión de todas las masas de proletarios en fin de luchar en pos de unos derechos. Esa idea aparece, con distintos matices en escritos de distintos líderes:
“Mientras subsistan diferencias nacionales y estatales entre los pueblos y los países y estas diferencias subsistirán incluso mucho tiempo después de la instauración universal de la dictadura del proletariado, la unidad de la táctica internacional del movimiento obrero comunista de todos los países exige, no la supresión de la variedad, no la supresión de las particularidades nacionales (lo cual constituye en la actualidad un sueño absurdo), sino una aplicación tal de los principios fundamentales del comunismo (Poder de los Soviets y dictadura del proletariado) que haga variar como es debido estos principios en sus explicaciones parciales, que los adapte, que los aplique acertadamente a las particularidades nacionales y políticas de cada Estado”
V. I. Uliánov
La enfermedad infantil del “izquierdismo”, en el comunismo. Pag. 99
Se podrán encontrar citas mejores y más importantes, pero creo que en el fondo de estas palabras, adaptándolas al momento actual, se encuentra la idea fundamental que se quiere transmitir en este texto. La izquierda ha de estar unida de manera internacional para luchar contra los verdaderos enemigos del pueblo que son el capital, las patronales y los grandes poderes fácticos. Aquello de “¡Proletarios de todos los países, uníos!”[1]. Nuestros enemigos no son estados puntuales, sino el sistema, que es internacional, da igual donde vayas a lo largo y ancho de este planeta, el trabajador siempre se encuentra abajo.
Debemos unirnos, la izquierda es cooperación. Lo contrario, es por lo que ha apostado el sistema para reventar al pueblo, la desunión, la división, fomentando el ego de cada persona, llevando a la máxima expresión el “yo”, la enfermedad más grande de la que adolece esta sociedad. Es la sociedad en la que ha triunfado el sueño americano, haz lo que quieras mientras que llegues, da igual lo que dejes en el camino, pero tú has llegado. Ellos lo han conseguido y cada día más, cuantos más dispersos estemos, más fácil será manejarnos.
Uno puede ser nacionalista y mucho, pero si realmente es de izquierdas le dará igual la nación, la patria, la religión, la raza, la procedencia de las personas; lo que importa es en pos de que está dispuesto a luchar esa persona, quien sea. Eso es lo realmente importante.
“No se extraña un país, se extraña el barrio en todo caso, pero también lo extrañás si te mudás a diez cuadras … El que se siente patriota, el que se cree que pertenece a un país es un tarado mental, la patria es un invento. ¿Qué tengo que ver yo con un tucumano o un salteño?, tan ajenos a mi como un catalán o un portugués. Son estadísticas, números sin cara. Uno se siente parte de muy poca gente, tu país son tus amigos y eso si se extraña …”
Adolfo Aristaraín
Martín Hache, 1997
Como bien señala el personaje que interpreta Federico Luppi, las relaciones humanas no llegan a niveles supranacionales sino que se limitan a nuestro entorno que puede estar formado por gente de toda índole, que siempre es un entorno sociológicamente transversal.
Los casos de secesionismo en el mundo son numerosos, Córcega, Cataluña, Quebec, Bretaña, País Vasco, Véneto, Flamencos/Valones, Kurdistám, Chechenía, Irlanda del Norte, Tíbet, etc. Pero llama la atención que un gran número de ellos tiene un trasfondo más económico que cultural.
En cuanto al independentismo catalán, tan en boga esta semana debido a la manifestación de la Diada, se centra fundamentalmente en motivos económicos. Se le ha repetido a los catalanes, desde sus instituciones “el estado nos expolia”, “nos roba”, “nos quita el dinero que ganamos” y algo fundamental “si fuéramos una nación estaríamos mejor”. Los catalanes luchan por un pacto fiscal y la búsqueda de un modelo más federal, en un país donde esos privilegios únicamente los tienen vascos y navarros. Donde ellos tengan el poder de sus ingresos y los manejen a su antojo y algo fundamental, no tengan que dar tanto dinero al resto de las regiones de España.
Es a pequeña escala y como lo ha señalado el propio President, “lo que sucede entre Cataluña y España tiene un cierto paralelismo entre la Europa del norte y la Europa del sur”. Reafirmando por tanto la cuestión económica. Y dejando entrever que la tan criticada actitud alemana es la que quieren replicar. El sálveme yo y que los demás se busquen la vida.
Si Cataluña quiere ser independiente, avanti están en su pleno derecho. Pero que tengan en cuenta, Bruselas así se lo ha indicado, que acto seguido dejan de ser parte de la Unión Europea (http://www.europapress.es/nacional/noticia-bruselas-resalta-si-cataluna-independiza-quedara-fuera-ue-debera-pedir-adhesion-20120911124249.html), por ende de la zona Euro y todo lo que conlleva. Después tendría que pedir la adhesión, trámite que puede durar años, y una vez que lo pida, ver si países como Francia, España o Italia que tienen regiones secesionistas dentro de sí mismo lo aceptan.
Hasta aquí todo bien, puedo comprender que el gobierno y la derecha catalana quieran este camino, pero no así la izquierda. O a lo mejor es que por no perder el tirón popular, prefieren seguir la corriente del río, antes que defender lo que deberían de ser sus principios.
[1] Manifiesto del Partido Comunista Alemán, Frederick Engels y Karl Marx, 1848.